Dejaré de obligar a mi pluma que escriba con tanta tortura, la liberaré de esos pasajes tormentosos que dan mis pasos y la bendeciré con ilusiones vividas; así escribirá la misión que le entregaste al ponerla sobre mis manos, escribirá la delicada dosis de amor entregado.
La vida me da día a día cosas buenas, pero creo que el fantasma del pasado no pretende descasar… ¿Qué hacer?... ¡Nada!... solo esperar que mis recuerdos de cosas bellas mantengan mi vida llena de esperanza y amor.
Belén O.
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